Migra en sus gafas
de sol.
Siempre estuvo enamorado de
La bella Easo.
El sabio labio en la mano, el famoso
ídolo del mar, alargado por las raras.
Calla el pasajero en la tierra
-ha visto algo-
la negra estrella de su gloria.
Lo hace en el agua.
Caen de la silla.
Son fáciles
de llevar.
Son vigiladas.
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