Alianzas holandesas revitalizan la bufonada. La capacidad
borbónica en la casa de los Casalesi es una relación de progreso. Los tímpanos
decrecientes de los florentinos ocupan el periódico. La guerra había triunfado.
Las calles izadas por subcontratas cadáver ya no hacían falta. La Bastilla
buscó ese punto. Las sosas comidas con la Camorra en las que el príncipe se
invitaba a reemplazar. Ese era el sueño de Caterino
en Lugones y el regalo de su melena ideológica. Negociar por las mañanas. Desde
el barreño cutoliano, lo vemos, lento, buscando un bolo de granito y la presión
de los muertos, pensando en Bardellino, el hijoputa.
E. A.
E. A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario