Para Jeane Dixon, Samuel y Josué.
He aquí que yo mando a buscar a todos los linajes del norte,
y a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y los traeré contra esta tierra
y contra sus moradores (y contra todas estas gentes de alrededor); los
anatematizaré y les pondré por pasmo, rechifla y ruinas eternos.
Jeremías 25,9
Se declarará un terrible incendio en la Tierra. Si Ucrania no es consagrada, las naciones sufrirán una
violenta destrucción. A lo
largo de más de cuatro años, semi protegida, despertarás contra ellos. Los siglos
por venir se abren ante tus ojos, pretendes descubrir la raíz de las cosas, la
razón de todos los orígenes. Se desencadenarán una serie de tribulaciones
espeluznantes que te pondrán en camino. Para alterar el rumbo de la ciencia y
del destino, mejor llevar un pañuelo de piloto. También predijiste la
revolución francesa. Ojo, la muerte de Harrison fue sólo el comienzo de la
venganza de Tenskwatawa. El día del atentado, eres una de las mayores
organizadoras mundiales en gestión de activos. Explica el error de Newton,
Hawking y los que vengan. La experiencia humana está llegando a algún
tipo de clímax final. Una gran descarga de plasma golpeará la Tierra y abrirá
un gran territorio en Norteramérica, sólo se salvarán los que se resguarden en
cuevas. Habla de generadores de eventos aleatorios, de la conciencia
planetaria, de la superviviencia de unos pocos. La cita la veras en el metro. Todo
te dio por escribirlo hace tres mil años. Llega al poder el mesías anunciado,
un tipo duro nacido para héroe: el ángel discutidor; espiritismo en la Casa
Blanca, el determinismo cómico en conexión con los maestros ascendidos, una
encrucijada intelectual. La cuenta atrás ha comenzado: John Dee y Edward Kelly convocan
a un fantasma; un tal Mabus, el hombre después de la leyenda, de porte elegante.
Otro ataque al corazón de occidente era el destino de la literatura. El apocalíptico
asesor imperial ha caído al agua, con sus botas bajas. El número de tu tropa de
caballería es de doscientos millones y buscáis restaurante. Menos príncipes que
carniceros, los mensajeros celestiales y sus trompetas, en el parque temático
de la Grecia arcaica y las pruebas químicas.
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