Nano se entera que Camila es sordomuda. Diez años después nos llegan las primeras instrucciones del hawaiano. Ambos, volverían a dirigir, pero ya fuera de Europa. Según los exégetas, él tuvo otra curiosa premonición y también
encontraría las palabras:tirarme por la borda y el mar se calmará. Recuperamos, hoy, el diferencial envuelto en la manta, y el jardín de la pareja. Camila, vistosa y transmutadora, en vilo, probando con todo. Nano, haciendo extraños con las dagas entre sus filas. Nunca se bañan en el mar hasta el 65. Y eso merece atención. Jamás se devolverían la visita en los años que vienen. Lo aprendió ella y lo aprendieron todos sin cesar.
Gomez Mira
Sonados gestos
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