Quiero morir en la espesura del monte,
igual que bestia traspasada de parte a
parte, por una lanza
emponzoñada.
Suerte, tener amigos en el cielo.
Del rostro de plata lúcida, que
en la sombra albeaba, manó
una hebra de plata, aprensión de
voz. Corrido estoy.
Ábrete, tierra.
R.P.
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